domingo, 6 de marzo de 2016

CAMPAÑA DE EMAKUNDE DEL 8 MARZO DIA DE LA MUJER

Desde nuestra asociación queremos haceros participes de la campaña que ha diseñado el Instituto Vasco de la mujer EMAKUNDE, que con el titulo de:


Lo que pretenden con esta campaña es concienciarnos de que a día de hoy, todavía nos queda un largo camino por recorrer en pro de la igualdad de genero. Ofreciendo ademas, algunas claves para detectar la desigualdad del día a día, esta vez, a puesto como ejemplo los mensaje sexistas que  nuestros hijos e hijas siguen recibiendo diariamente y que les afectaran tan negativamente  a la hora de que puedan desarrollarse como personas  libres.


Podéis fácilmente comprobar, como en la actualidad se sigue diferenciando la forma de hablarles según sean niños o niñas. En el caso de las ellas, reciben mensajes relacionados con la belleza, la bondad, la discreción, los cuidados y la dependencia, entre otros; y en el caso de los niños, la agresividad, el éxito, la ambición o la negación de los sentimientos. Mientras las niñas reciben mensajes como “mandona”, a los chicos se les ensalza su “madera de líder”; mientras a las chicas se les valora principalmente por su belleza y se les educa para agradar a los demás (“¡Qué bonita es mi niña!) , los chicos son objeto de mensajes empoderantes (“¡Eres un campeón!”); mientras que a las chicas se les enseña que necesitan protección, a ellos que son autosuficientes; mientras a las chicas se les dice que los afectos y los cuidados están por encima de lo demás, a ellos se les educa en la negación de los sentimientos (“Los chicos no lloran”) y en alcanzar el éxito en el ámbito público.

La directora de Emakunde, Izaskun Landaida, ha remarcado la importancia de que seamos conscientes de los mensajes que reciben diariamente las y los jóvenes, porque construyen sus identidades en base a cómo se les trata, porque aprenden a ser mujeres y hombres a partir de los mensajes que reciben dese los distintos agentes de socialización como la familia, la escuela, las amistades, los medios de comunicación, la publicidad… El proceso socializador perdura toda la vida, pero es especialmente influyente en la etapa infantil y juvenil, ya que a esas edades se aprende lo que se espera de ellas y de ellos, los comportamientos permitidos y los penalizados. Tenemos que saber tambien, que todas las personas aprendemos a través de mecanismos de imitación y de identificación, y haciendo  especial hincapié en la familia como primera instancia socializadora. “Tenemos que reflexionar sobre los mensajes que les estamos mandando, sobre los modelos que les estamos mostrando. La desigualdad se aprende, se hace, por lo tanto, tenemos que ser conscientes de que desde nuestro ámbito de influencia también podemos hacer igualdad, que es una tarea, por tanto, de todas las personas que formamos esta sociedad”.